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Hace unos días pude compartir una mañana con una de las muchas familias que han tenido que salir de Afganistán huyendo del régimen talibán. Se trata de un matrimonio y sus cuatro hijos que, desde hace unas semanas, han sido acogidos en el Centro de Acogida a Refugiados de Alcobendas. Un centro que lleva décadas prestando asilo a personas que han tenido que abandonar sus países por diferentes motivos, siempre en circunstancias muy duras. Como decía, tuve la oportunidad de charlar con toda esta familia, que tiene a su disposición todos los recursos municipales que, gracias a un convenio de colaboración que cada año firmamos con el CAR, podemos ofrecer a quienes vienen a vivir a nuestra ciudad con la condición de refugiados.

Lo que está ocurriendo en Afganistán es un drama humano que nos afecta a todos. La verdad es que fue espeluznante escuchar a esta familia relatar cómo era la vida en su ciudad en la que, cada día, se escuchaban disparos y se veía gente morir en las calles. Unas imágenes que han quedado grabadas en sus mentes y en las de los más pequeños, quienes me trasladaron que aún tienen pesadillas por las noches. Ojalá se recuperen pronto.

Como vecino y alcalde de Alcobendas me siento afortunado de poder ayudar a esta familia. Una pareja con dos hijos y dos hijas menores que nos dan las gracias por haberles sacado, literalmente, del infierno. También estoy muy orgulloso de poder contribuir al bienestar de estas personas, como lo estoy de la ejemplar operación de evacuación que el Gobierno de España ha realizado en Afganistán. 2.206 personas han podido salir de ese país, el 47% de ellas, son mujeres, el colectivo que, sin duda, peor parado puede salir de la barbarie radical de los talibanes.

Espero que nuestros nuevos vecinos afganos puedan encontrar la paz y la estabilidad que necesitan en Alcobendas.

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